dulce pesadilla
Frágil no se ha vuelto fácil
Mandarlo al olvido
A un frío cañón
Tierna y asesina perfecta
De mis ganas de odiarte
De morirme en tu voz
Cautivo en mi cuerpo rendido
De buscar el sentido
Que partiste en dos
Y fácil, tengo mil razones para extrañar
Tú las pudiste olvidar?
Y enciendo mis luces de día porque espero todavía
Grito al cielo tu nombre y el viento lo esconde en su vanidad
Sigo siendo el mendigo que espera rendido gotas de humanidad
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